Pocas veces reparamos en como fluye la información contable, generalmente la organización enfoca sus mejores energías en la venta, pensando que el margen deseado de utilidades está en vender más.
Mucho se ha dicho sobre gestión, pero lo inmediato, termina llevándonos a dejar de invertir tiempo y recursos en mejorar el diseño, la forma y rigurosidad con que se alimentan los sistemas que proporcionan a la organización información valiosa, para poder tomar decisiones sobre que hacer en el presente, lo que implica tener un futuro que permita navegar en una competencia que no da facilidades.
Una organización moderna, tiene que ser sistémica, entender que el todo influye en cada una de las partes y que cada una de las partes influye en el todo.
Lo que materialmente se requiere es un estado de consciencia, de que ninguna de las partes es superior a las otras y que en la medida que hacemos bien la nuestra, aportamos al éxito de los demás, pero si no solo hacemos bien lo nuestro, sino que vemos como afecta a los demás lo que hacemos y corregimos de forma que minimicemos las complicaciones con las que nuestra área afecta a las otras, nos permitirá finalmente llegar a entregar nuestro trabajo de forma que cause el mayor beneficio posible a los otros.
